Águilas define la movilidad que más le conviene

La ciudad inicia sus primeras peatonalizaciones dispuesta a rebajar progresivamente el número de coches que circulan por sus calles


Águilas (Comunidad de Murcia) está afrontando sus primeras peatonalizaciones en la zona central. Aunque no exentas de polémica, las obras de Conde de Aranda, la Plaza de España y Juan Pablo I avanzan y se han convertido en el banderín de enganche de una reforma urbana que irá transformando esta ciudad turística en un espacio más sostenible y amable.

La ciudad de Águilas es un balcón que se asoma al Mediterráneo entre playas, puertos deportivos y los grandes peñascos de la Isla del Fraile, el Pico de la Aguilica, el castillo de San Juan o el espectacular embarcadero del Hornillo, una obra de 1903, hoy adorable pieza de ingeniería industrial.

Como la mayoría de los entornos urbanos, su espacio público está entregado al coche, que domina la superficie urbana entre carriles de circulación y aparcamiento. Combinan para ello medidas promocionales positivas, como el Metrominuto que invita a caminar, con acciones que resultan todavía llamativas a buena parte de la población, como la eliminación de aparcamientos y circulación en algunas calles del centro.

Primero se entregaron a un plan de accesibilidad con rebajes, elevación de pasos peatonales e incluso algunas plataformas únicas que permiten una movilidad peatonal bastante aceptable. Han desmontado las aceras bici que tenían y ahora discurren bien en carriles segregados (en tramos periurbanos o entradas a la ciudad) o como un vehículo más, en coexistencia con los de motor.

Nueva ordenanza de movilidad

Además, trabajan en una ordenanza de movilidad en la que optaron por definir exhaustivamente el tráfico a motor necesario y están trabajando en otra para conceptuar las nuevas zonas de coexistencia peatonal, regulando así el uso de las nuevas calles sin coches y las que crearán en el futuro.

La valentía del equipo de gobierno se nota también en el relato que promueven en paralelo a las obras: “Tenemos que cambiar nuestros hábitos, aparcar en otras zonas y llegar al centro andando, para hacer una ciudad más sostenible”, declara con frecuencia la alcaldesa, Mari Carmen Moreno, que tiene entre sus planes «no solo hacer zonas peatonales, sino también crear aparcamientos disuasorios, para lo que se van a acondicionar diferentes solares municipales en distintos puntos del municipio para que funcionen como parking».

Las obras presentes y futuras reciben financiación europea, tanto a través del Edusi como de los fondos Life de conservación de la naturaleza. Esperan que los proyectos Next Generation supongan nuevas fuentes de financiación para avanzar en el camino de la buena movilidad.

Eliminar el exceso de coches

La idea es ir eliminando progresivamente el exceso de coches, para que circulen los que son realmente necesarios. El tamaño de la ciudad, de 35.000 habitantes, permite una movilidad peatonal y ciclista que vaya sustituyendo los desplazamientos innecearios, para desautoxicar el centro y lograr su revitalización económica y ambiental, reduciendo las emisiones tóxicas, mejorando la accesibilidad y permitiendo una vida más libre en las calles y plazas.

La directora técnica de Ciudades que Caminan, Ana Montalbán, visitó recientemente la ciudad murciana para compartir el trabajo de la Red con su alcaldesa, concejales y personal técnico, ofreciendo toda la colaboración para acometer sus actuaciones y lograr los resultados apetecidos.

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