Palma ante el 30 por hora: Democratizar la calzada

“Llegó el Covid y mandó parar”. Esta frase de la famosa canción de Carlos Puebla sirvió a Xisco Dalmau, concejal de movilidad de Palma, para empezar su intervención en el seminario «Las ciudades, ante el 30 por hora». Destacó así el papel de la pandemia en la evolución de la estrategia de movilidad de su ciudad. La capital mallorquina realizaba, antes de la Covid 19, acciones específicas de zonas 30 por distritos, pero la irrupción de las nuevas condiciones sanitarias les abrió una nueva vía para avanzar: modificar la ordenanza de circulación para reducir la velocidad a 30 km/h como máximo en más del 90% de las vías urbanas.

INFORMACIÓN PEDAGÓGICA, ESCUCHA ACTIVA

El documento fue aprobado en mayo de 2020 sin votos en contra, tras un período de información pedagógica y escucha activa. Del resto de las calles, algunas incluso bajaron a 40 km de velocidad máxima, y una pequeña cantidad de vías estructurantes permanecieron a 50. “Lo que antes eran oasis en ciertas zonas de la ciudad, ahora es una gran mancha de aceite, para lo que había un buen ensayo experimentado en las previas zonas 30″.

ELIMINAR ACERAS BICI

A partir de un “encomiable trabajo del equipo técnico municipal” se fueron recuperando espacios para el peatón, ampliando aceras o ampliando el espacio ciclista (más tarde, a preguntas de una persona asistente, anunció que estaban en proceso de eliminar las aceras bici existentes en sus 95,5 km de carriles segregados).

CALMAR EL TRÁFICO A MOTOR

También destacó las constantes medidas de calmado del tráfico a motor para reducir el número de accidentes de tráfico, algo a lo que les ayuda la reducción de las velocidades máximas: “Aunque parezca intrascendente, reducir de 50 a 40 puede ser en muchos casos la diferencia entre salvar o no salvar la vida”, si bien posteriormente anunció que el todo 30 es el objetivo del proceso. También indicó que en el último año y medio eliminaron unas 400 plazas de aparcamiento. Dalmau habló del interesante concepto de “democratizar la calzada”, en el sentido que pueda ser compartida por diferentes modos de movilidad, siempre blindando la acera, que debe reservarse en exclusiva para el tráfico peatonal.

RENOVAR LA CIUDAD

Habló de las resistencias que encuentran cuando se llevan a cabo peatonalizaciones pero se mostró optimista en la actualización del PMUS en curso, que les permitirá “renovar la ciudad a 6 años vista”. Para terminar, apuntó una importante dimensión de los nuevos espacios recuperados para el peatón: “la gente percibe muy bien la necesidad de recuperar espacios cuando redescubre la arquitectura de las calles. La belleza de los edificios no se disfruta igual con la calle llena de coches que sin ellos. Resulta toda una experiencia sensorial”.


Este contenido es la parte referida a Carballo del seminario virtual «Las ciudades ante el 30 por hora», que puedes consultar aquí


 

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