Valladolid, cada día más caminable

Pucela amplía considerablemente su red peatonal central, al tiempo que impulsa el autobús y el tráfico ciclista


La capital castellana está dando grandes pasos en la transformación de su moviliad. Pasear por la ciudad, moverse a pie tranquilamente, es una agradable experiencia. El centro, trufado de pequeñas plazas acogedoras y de espaciosas vías peatonales, se revitaliza cada día tanto en su dimensión comercial como en la revalorización del importante patrimonio monumental que revela su importancia histórica.

Ciclocarriles, plataformas únicas, un mayor protagonismo urbano del autobús y un tráfico a motor cada vez más controlado, definen una ciudad de tamaño medio (300.000 habitantes) que se encuentra en plena transformación, recobrando espacios para las personas y organizando su movilidad con una perspectiva más contemporánea.

Más vitalidad peatonal

El objetivo es que las calles recuperen vitalidad peatonal. Que la forma de moverse de la ciudadanía vaya cambiando de forma progresiva y reconciliándose con el futuro del planeta. Valladolid ofrece a su propios y visitantes un escenario todavía más interesante para disfrutar, con mayor calidad y poder de atracción. 

Empujón de la Covid19

Los planes llevaban ya algún tiempo en la cabeza del Ayuntamiento, que hace cinco años se renovó con la decisión de cambiar de perspectiva en lo que a movilidad se refiere. La situación creada por la Covid fue inteligentemente aprovechada por las autoridades locales para darle el empujón que les faltaba a planes de peatonalización, carriles bus e itinerarios ciclistas, bases sobre las que quieren sustentar la minoración del tráfico de coches particulares.

Valladolid Verde

Tras el confinamiento nació Valladolid Verde, una frase que resume 42 intervenciones para favorecer la movilidad peatonal, ciclista y de transporte público bastante ambiciosas. Acciones que sentaron las bases para lo que será una ciudad mucho más amable y de mayor calidad ambiental “poniendo en el centro al peatón”, según cuenta el concejal de Movilidad y Espacio Urbano, Luis Vélez.

Nada de improvisar

“La clave es intervenir en el espacio público con una visión de conjunto que no se basa en improvisaciones, sinó en completos estudios muy bien documentados que hemos realizado previamente para mejorar la accesibilidad y recuperar el espacio público”, dice Vélez. La desescalada permitió acelerar algunas acciones para cumplir con mayor comodidad los cánones de la distancia física “además nos sirven de ensayo para futuras peatonalizaciones, ya que están teniendo una acogida bastante buena por parte de la ciudadanía”.

Más calidad

Unas acciones que según el alcalde, Óscar Puente, “han llegado para quedarse; puede que haya algunas cosas que corregir, pero se respetará la dirección en la que se quiere ir; no se trata de un cambio estético ni superficial, sino de calidad”.

Más bicis y autobuses en calles calmadas

Las medidas consisten en ampliar los espacios peatonales, completar la red de carriles bus y mejorar la red ciclista, que ha salido también potenciada del shock de la epidemia. Como muchas ciudades del mundo, la demanda de este medio ha crecido. Valladolid suma 25 km a su ya amplia red, de 100 km. Compuesta por ciclovías y carriles segregados, últimamente se potencia esta última opción ante la demanda de seguridad que solicita el colectivo de usuarios y usuarias. También aprovechan para calmar el tráfico, crear zonas 30, reducir espacio al coche y aumentar la seguridad global de las vías en las que se interviene.

Respaldo de la opinión púbica

En febrero de 2020 se realizó un estudio sobre el impacto de las peatonalizaciones en el centro histórico, que reveló que únicamente un cuarto de la población se muestra en contra. De hecho, el 65% de las personas que llegan al centro lo hacen a pie, y casi un cuarto en transporte público. Sólo un 12% llega en coche privado, pese a que este medio es el que más espacio ocupa.

Un centro todavía más peatonal

Este estudio recomienda una serie de acciones para que el centro sea todavía más peatonal, con el objetivo de que se reduzca el estrés urbano y la contaminación, se revaloricen las calles comerciales y los negocios de la zona, y se mejore la seguridad vial. La potencia del centro está garantizada por su indudable atractivo como zona comercial y administrativa. Una mayor peatonalización además, creará además una área compacta liberada de la incomodidad de los coches al unificar las distintas zonas peatonales.

Uso inteligente del urbanismo táctico

La Covid-19 ha servido también en Valladolid para que se entiendan mejor los cambios en la movilidad, pues la ciudadanía ha comprobado los beneficios de reducir el estrés urbano que provoca el exceso de automóviles, por lo que aprovecharon la ocasión para “reabrir” la ciudad con medidas provisionales que tienden a hacerse definitivas.

Ensayos de fin de semana

En el capítulo de ensayos sitúan igualmente la apertura al tráfico peatonal de diversas calles durante los fines de semana, para comprobar cómo puede funcionar la movilidad urbana más esencial rescatando esas calles para la prioridad peatonal y ciclista sobre la motorizada.

Autobús más eficaz

Los autobuses también ven crecer su protagonismo urbano, con acciones como carriles vedados al tráfico de coches particulares para que los colectivos dispongan de una prioridad efectiva, ganando así tiempos de traslado. Auvasa, la empresa municipal de autobuses, veía crecer su número de usuarios antes de la Covid19, tal como nos contó su gerente, Álvaro F. Heredia muy activo en la red social Twitter, cuya cuenta recomendamos seguir por su solidez documental.

VA10, un gran paso

La VA-10 es como se denomina el nuevo circuito de carril bus, que consiguió mejorar un promedio del 26% la velocidad de las distintas lineas que la utilizan, con datos todavía muy recientes y relacionados con el pasado año. La linea entró en servicio el pasado 19 de julio. Tiene como objetivo recuperar el nivel de uso que la crisis del Covid arrebató al autobús, ya que se supone ha cedido usuarixs al transporte privado debido a la confusa información que algunos medios publicaron sin fundamento alguno en torno al transporte público.

Datos que recomendaban cambiar

Fue una parte más del plan Ciudad Verde, que nació para evitar el colapso del centro tras la pandemia, ya que los datos que se manejaban apuntaban a que se incrementaría el tráfico de coches en un centro ya bastante saturado, por lo que había que actuar con decisión y rapidez. 

Reducir el transporte privado

En palabras del alcalde, “el incremento del tráfico privado es inasumible. No hay espacio. Además de no tener espacio se incrementaría la contaminación. Esta contaminación es peor que el propio coronavirus e incide además en él. Por ello, la contaminación se convierte en un agente doblemente mortal. Por eso ponemos en marcha este plan, para reducir el uso del transporte privado”.

Reequilibrio modal

El plan otorga más espacio al peatón, a las bicis y a los buses, reequilibrando el excesivo espacio dedicado a los automóviles privados. Se realizaron 13 peatonalizaciones de calles, que supusieron ganar 25.000 m2 de espacios libres de coches, además de instalar algunos ascensores para mejorar la accesibilidad universal. Las actuaciones ciclistas consistieron en ampliar 13 carriles segregados, aumentar el número de calles 30, entre otras medidas. La modalidad se reparte actualmente así: poco más de la mitad de los desplazamientos urbanos son peatonales, el 4% en bici, un 13% en autobús y 30 de cada 100 traslados se realizan en coches privados, una cifra que pretenden bajar.

Calles de colores

Pintar algunas calles que se peatonalizaban sin obra ha sido una solución rápida para incorporarlas al patrimonio caminable de la capital castellana. Fue la guinda cromática a un proceso de reconquista peatonal que sin duda seguirá en otros espacios. Un modo de darle voz, de que la propia calle hable, pero no a gritos ni a base de prohibiciones o señales. Es el cromatismo quien advierte al peatón que está en un espacio de calidad, de esos que ayudan a identificarse con la ciudad en la que vives o a la que visitas, y que siempre llevarás en la retina. Comunicación emocional, directa al corazón en los momentos más difíciles.

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