Alianza ciclopeatonal

Reforzar las sinergias entre los modos de movilidad activa

La alianza ciclopeatonal (descarga el póster en formato .pdf)


Pedalear y caminar son los únicos modos de movilidad activos. Solo necesitan la energía humana e inciden positivamente en la salud de la ciudadanía y la vitalidad urbana. Debe reforzarse la unión entre el caminar y la bicicleta, aprovechando sinergias y oportunidades, respetando y compatibilizando diferencias en el proceso de recuperación del espacio público para las personas.

¿Cómo planificar?

Restricción al coche y cercanía Para una ciudad más paseable y ciclable es fundamental restringir el uso del automóvil privado y reducir distancias. Facilitar acceso y pacificar el tráfico a través de políticas urbanísticas y de movilidad, pero también económicas, educativas… Se necesitan más calles seguras y de ritmo tranquilo, donde se pueda andar e ir en bici, charlar, jugar y estar. Por eso la promoción de la movilidad ciclista no puede ir nunca en detrimento de la peatonal. Por el contrario, es una oportunidad para calmar el tráfico y mejorar espacios para todas las personas. A pesar de las ventajas comunes, la bicicleta y el caminar tienen velocidades, alcances, masas, pautas de viaje y comportamiento en la calle muy distintas. Por lo tanto, requieren políticas y planificación globales, y que se consideren mutuamente. Espacios para la colaboración En los procesos de toma de decisiones, planificación e implementación de medidas hay que generar espacios para la participación y la colaboración de personas y entidades vinculadas a la promoción del caminar y la bicicleta.

¿Por qué la alianza?

La bicicleta es una gran aliada de las ciudades caminables. Andar y pedalear son las formas de moverse con menor impacto ambiental y que más contribuyen a la lucha contra el cambio climático, más saludables, económicas y equitativas. Favorecen la seguridad de las calles, el contacto entre personas y la economía local.

Recordar evidencias

Aunque la inmensa mayoría de las personas hacen un uso adecuado de la bici, siempre es necesario recordar que debe respetarse la prioridad peatonal y que las aceras no son para circular ni aparcar vehículos.

Normas y cultura vial

Las ordenanzas municipales son instrumentos clave para promover un mayor uso y una buena convivencia de la bicicleta. La regulación debe reforzar la exclusividad peatonal y el carácter estancial de las aceras y otros espacios donde las personas que caminan tienen prioridad. La norma también debe contribuir a reducir de la velocidad e intensidad de los vehículos en circulación, facilitando así la circulación de bicis por la calzada, definiendo áreas de acceso restringido, zonas de bien estar y calles más habitables.

¿Cómo diseñar y gestionar?

La bicicleta es un vehículo y, en vías segregadas, su espacio es la calzada, sea esta de coexistencia de tráficos, o exclusiva para bicis, coches o autobuses, según la función y morfología de la calle o tipo de tráfico, entre otros aspectos. Desde el punto de vista de las necesidades peatonales cabe considerar: calles de convivencia, donde el tráfico está pacificado (velocidad máxima 10-30 km/h) y la bicicleta no necesita segregación. Nunca debe obtenerse a costa del espacio peatonal, sino de reducir el número y ancho de carriles y bandas de aparcamiento.

— Las aceras bici deberán evitarse. Se consideran inadmisibles por el conflicto que generan con quien camina.

— En calles, plazas y otros espacios peatonales se deben evitar vías ciclistas segregadas, que inducen a la velocidad y comprometen su carácter estancial. Cuando son importantes para la conectividad ciclista, las condiciones de paso en bicicleta se estudian caso a caso.

— Los aparcabicis se sitúan en la calzada. Cuando no es posible, pueden estar en las aceras, fuera del itinerario peatonal accesible. Antes de los pasos de peatones, en lugar de plazas de coche, pueden mejorar la visibilidad del cruce.

— Los sistemas de alquiler pueden potenciar el uso de la bici, pero hay que evitar que terminen aparcadas en las aceras.

— Deben reforzarse las redes ciclables seguras de carácter interurbano. e alquiler pueden potenciar el uso de la bici, pero hay que evitar que terminen aparcadas en las aceras.

— Deben reforzarse las redes ciclables seguras de carácter interurbano.

 

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