Pedro Torrijos: «Caminar te permite mirar a todos lados, y ese es el camino de la curiosidad»

ENTREVISTAS ANTE EL CONGRESO DE CARBALLO

El autor de Territorios Improbables define una ciudad sostenible como aquella «que quiere a sus habitantes, que los cuida y los estimula»


Hemos invitado a Pedro Torrijos a inaugurar nuestro congreso porque sabemos que hará una aportación fascinante. Aquí lo anuncia: «despedir con cariño al coche, ese objeto bellísimo y terrible». Músico, arquitecto y escritor, está en plena promoción de su libro «Territorios Improbables», una versión ampliada y exquisita de sus hilos en Twitter, un espacio que siguen más de 150.000 personas bajo el sugerente título de «La brasa Torrijos».

¿Te parece que caminar más es deseable, más bien una lata ou incluso una utopía?
Caminar es el segundo deporte que hacemos todos (el primero es gatear), además de una de las actividades más estupendas que se pueden hacer porque te permite mirar a todos lados. Y mirar a todos lados es el camino de la curiosidad.

Más allá de lo políticamente correcto o del green washing, ¿Cómo definirías brevemente una ciudad sostenible?
Pues además de todas las características técnicas que debe tener (acometidas de energía, movilidad, gestión de residuos…) yo diría que una ciudad sostenible es una ciudad amable. Una ciudad que quiere a sus habitantes, que los cuida y que los estimula.

¿Qué tres o cuatro cosas le pedirías a tu alcalde en relación al espacio público?
Pediría sobre todo una vuelta a los espacios públicos que permitan el descanso. Es decir: vegetación y bancos, más bancos y asientos públicos, aunque vaya contra la sociedad hipercapitalista. Lo otro que pediría es más sensibilidad con la iluminación. Unas pocas farolas puestas en los lugares adecuados pueden mejorar mucho la vida de la mitad de la población: las mujeres.

¿Cómo ves las calles y plazas de las ciudades de nuestro entorno? ¿Hay margen de mejora?
Dando por hecho que la civilización siempre va un poco a mejor, claro que hay margen de mejora. También creo que esa mejora llegará casi por su propia inercia; con el paulatino apartamiento del coche particular de lo centros históricos, la via pública será cada vez un poco más amable. Esto no es debatible ni una opinión: esto va a pasar queramos o no (yo, desde luego, sí lo quiero).

¿Es la desautoxicación urbana un territorio improbable?
Lo que va a hacer (y ya está haciendo) es generar territorios improbables. Uno de los más conocidos es, por ejemplo, Madrid-Río: un parque construido con la función literal de tapar una autopista.

En tu reciente libro, “Territorios improbables”, que va ya por la 5ª edición, describes espacios increíbles a lo largo del mundo… ¿Cuáles destacarías en relación a su contribución a la calidad de vida de la gente?
Probablemente Brasilia y el centro Pompidou son lugares que han contribuido a mejorar la experiencia urbana de quienes viven allí.

¿Has pensado en qué nos vas a contar en el Congreso de las Ciudades que Caminan?
Vamos a celebrar la despedida de uno de los artefactos más fascinantes y que más han condicionado las ciudades modernas: el coche. Un objeto bellísimo y terrible, protagonista de películas, canciones y novelas, y que ha gobernado la vida del mundo durante más de cien años. Le diremos adiós con cariño pero sin mirar atrás.

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