El coche eléctrico del principio del coche

Recomendable artículo en The Guardian sobre la historia de los primeros coches eléctricos, los que acabaron con el terrible problema de la contaminación por estiércol de caballo


El prestigioso periodista científico Tom Standage firmó a principios de agosto en The Guardian un sugerente reportaje sobre la historia de la automoción durante el siglo XX y su reflejo en el actual debate en torno a la movilidad eléctrica.

El terrible problema que generaba el estiércol de caballo en la segunda mitad del siglo XIX en grandes ciudades como Londres o NY es el punto de partida de un recorrido apasionante por los orígenes del coche eléctrico, que empezó conviviendo con los de combustión hasta que, bien entrado el siglo, estos le ganaron la partida. 

La aparición en escena del ferrocarril, en paralelo al desarrollo de las ciudades burguesas, dio lugar a las primeras “intermodalidades”, pues a medida que las urbes se conectaban se hacía más y más necesaria la circulación rápida por el interior de las mismas.

La terrible contaminación por excremento de caballo fue sucedida por la consabida contaminación del coche de combustión, más imperceptible pero no menos dañina.

Un larguísimo artículo en el que no falta siquiera el sesgo sexista del coche eléctrico, que era considerado más de mujeres por la simplicidad de su mecanismo. Un machote podía meter mano a un motor de combustión, pero una señora nunca. Cosas de la época.

Y finaliza con una sorprendente conexión. Las posibilidades que se abren a las elecrtrolineras en relación al control de las personas.

Un ejercicio periodístico exhuberante, culto y muy muy recomendable para ampliar nuestra cultura automovilística.

Accede aquí al artículo de The Guardian

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