Ciudades que Caminan siembra proyectos en su octava asamblea

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La Red representa ya a 7,5 millones de personas de 61 territorios


Dos asuntos sobre la mesa y el resto aprobados por unanimidad es lo que ha dado de sí formalmente la Asamblea General de la Red de Ciudades que Caminan que se ha reunido hoy de forma virtual y en la que han participado más de la mitad de las 60 entidades que la componen.

Un cálido ambiente de cooperación y entusiasmo colaborativo ha compensado la naturaleza virtual de una convocatoria que las razones sanitarias obligaron a celebrar desde los despachos o domicilios de los representantes urbanos. En ella se aprobaron por unanimidad los asuntos más vertebrales de la Asamblea: rendición de cuentas, balance económico, estimación presupuestaria para 2021 y los proyectos que se activarán este año. Fue el presidente, Miguel Anxo Fernández Lores, alcalde de Pontevedra, quien dio la bienvenida a las personas asistentes animándoles a avanzar en los grandes objetivos que mueven a las ciudades de cara a mejorar su espacio público y su movilidad.

Entre los proyectos para este año, además de la continuación de campañas anteriores, se propusieron —con el apoyo de toda la asistencia— dos temas de interés para muchas ciudades, a tenor de las intervenciones generadas en torno a ellos. 

Nuevas acciones

Uno es una campaña, no sólo publicitaria, sino sobre todo informativa y documental, sobre cómo abordar las resistencias que provocan algunos sectores económicos ante los procesos de cambio en los que se mitiga la movilidad privada para generar un espacio público más diverso y útil para la ciudad.

La oposición a los cambios ejercida por comerciantes es un fenómeno común a muchas ciudades para las que se demanda de la Red más información y contraste con otras que ya lo han experimentado anteriormente, con el objetivo de desterrar mitos muy consolidados y todos ellos relacionados con los privilegios del coche.

Por otra parte, y de alguna forma relacionado con lo anterior, también se solicitó mayor atención acerca de los procesos participativos que pueden llevarse a cabo para abordar las necesarias transformaciones del espacio público en marcha.  

Participar en la gobernanza

En otro orden de cosas, se estimó necesario potenciar el papel de la Red como interlocutor de los gobiernos en materia de movilidad, en la línea de procesos en marcha como la participación en la Ley de Movilidad Sostenible, la reforma del reglamento de tráfico de la DGT o las que tienen que ver con el cambio climático, impulsadas por Transición Ecológica. 

Se informó precisamente de la elaboración de un memorándum de ideas y razonamientos en torno al proceso de creación de las llamadas “Zonas de bajas emisiones”, para que no lleguen a identificarse con la sustitución acrítica de la movilidad actual por la eléctrica, sumando al proceso descarbonificador el que tiene que ver con el espacio público, su ocupación, la seguridad vial, la calidad urbana o la función económica del medio urbano.

Otras líneas de trabajo planteadas para sesiones formativas o experimentales tienen relación con las ópticas de género en la movilidad, la iluminación del espacio público, el verde urbano o la infraestructura ciclista. También se planteó la potenciación de los premios anuales de la Red, la elaboración de una guía de ciudades caminables con experiencias transferibles y un informe sobre la “caminabilidad” de las ciudades del estado español. 

Los dos temas que quedaron sobre la mesa para realizar estudios más profundos son los que tenían que ver con la inclusión de empresas privadas en la Red como entidades colaboradoras y con el papel de las ciudades que no pertenecen al estado español —en la actualidad dos portuguesas y una mexicana— a las que no se presta una atención al mismo nivel que a las españolas y por lo tanto se requiere para ellas un estatus especial. Ambos temas se matizarán en una posible próxima asamblea que podría celebrarse durante el Congreso de Carballo, en octubre si la situación sanitaria lo permite.

En relación a la vida interna de la Red, se decidió fomentar el papel de la Junta Directiva, incrementando el número de reuniones periódicas para lograr una mayor conexión con las necesidades reales de las ciudades vinculadas a la Red e incrementar los mecanismos de contraste y perfeccionamiento de las distintas actividades asociativas.

Facultade Ágora

En la asamblea se presentó también la Facultade Ágora, una iniciativa de la Diputación de Pontevedra para promover una formación complementaria sobre el espacio público dirigida tanto a técnicos municipales como a responsables políticos que deseen contrastar sus conocimientos sobre la función, el tratamiento y la gestión de los espacios y la movilidad.

La asamblea sirvió igualmente para presentar las 15 nuevas entidades incorporadas a la Red desde el inicio de 2020: los municipios de A Coruña, Antas, Basauri, Bilbao, Ceutí, Getafe, Logroño, Oleiros, Palma del Río, Soria, La Laguna, Iruña-Pamplona, Eivissa y Vic, además de la Diputación pontevedresa. Con ellas, la Red supera los 7,5 millones de personas representadas, de 60 ciudades y una provincia.

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