Más muertes evitables en las ciudades

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El 6% más de fallecidos en medio urbano debido a la violencia vial


En 2019 murieron en España 1.755 personas, un 3% menos que el año anterior. En cambio, en las ciudades los automóviles provocaron la muerte de 519 hombres y mujeres, un 6% más que en 2018. Son datos rotundos y clarificadores que hizo públicos el Gobierno el pasado 6 de agosto.

Lee aquí la nota oficial del Gobierno

Violencia evitable

Del informe se deduce que el más de medio millar de personas que murieron debido a la violencia vial de las ciudades supone un grave problema para la convivencia, pues la violencia vial urbana es a todas luces evitable gracias a una buena gestión de la movilidad y a la transformación de las calles y plazas en espacios amables para el peatón y respetuosos para la vida.

Cambiar la infraestructura urbana

Aunque el informe no revela las causas exactas de las muertes, la experiencia nos dice que una infraestructura vial agresiva para las personas está directamente relacionada con esos datos fatales, ya que en la mayoría de las ciudades predomina un diseño urbano pensado para ofrecer agilidad y velocidad a los automóviles.

El coche debe ser sólo un invitado en la ciudad

En numerosas ocasiones la Red apunta recetas eficaces para luchar contra esta lacra que tantas vidas segó el pasado año en los vecindarios del país. Considerar el vehículo “un invitado” en la ciudad, en vez de ser el rey de la misma, está en la base del problema.

Restringir los desplazamientos en coche

El diseño de la movilidad capaz de mitigar la violencia vial en las ciudades pasa por restringir la circulación masiva de coches, limitándolos al número necesario para el funcionamiento de la vida colectiva. También debe apostar por desactivar los tráficos de paso por los ámbitos urbanos para limitar la circulación a los desplazamientos con destino asegurado y organizar la coexistencia de modos con prioridad para la movilidad peatonal sobre la mecanizada.

Velocidad 30 y 10

Así mismo, se recomienda limitar la velocidad como máximo a 30 km/h en todas las calles de las ciudades, reduciéndola a 10 en espacios compartidos, y hacerla efectiva a través de infraestructuras como los pasos peatonales elevados, plataformas únicas, reducción del ancho de las calzadas o construcción de pequeñas rotondas. Medidas, en definitiva, que informen por sí mismas de que es el coche el invitado en el espacio urbano, y no al revés.

Acabar con las autopistas urbanas

Transformar las calles que funcionan de hecho como si fuesen autopistas urbanas o con las travesías que embrutecen numerosos ámbitos rurales para que los usuarixs de las carreteras ganen unos minutos en sus desplazamientos, deberían ser objetivos de país a corto plazo.

La futura Ley de Movilidad

El balance de la violencia vial se publica en un momento en el que está abierto el plazo de consultas de la futura Ley de Movilidad Sostenible y financiación del transporte público urbano, que debe situar la reducción de la siniestralidad urbana como un elemento fundamental en su articulado. Los legisladores deben trabajar con estos datos sobre la mesa, pensando en las familias a las que les toca de cerca este tipo de tragedias evitables. Consulta nuestra campaña sobre esta Ley, el memorándum Por la Buena Movilidad.

Medidas específicas para ciudades

La Red de Ciudades que Caminan se felicita de que España sea uno de los países con menor índice de violencia vial en Europa, si bien los datos revelan que las medidas impulsadas en las últimas décadas para las carreteras, en las ciudades funcionan en menos medida, ya que no sólo no se reduce el número de víctimas, sino que aumenta considerablemente.

No importa la edad de los vehículos

El dato además revela que el luchar contra la siniestralidad vial en las ciudades tiene poca relación con la renovación tecnológica de los vehículos, como a veces se apunta desde sectores interesados en vender automóviles.

Sí importa la edad de las personas

El 70% de los fallecidos en ciudades tenía más de 65 años, con lo que es importante tener más en cuenta factores como la accesibilidad universal o las dimensiones sensoriales del diseño urbano. Resulta intolerable que todavía en la actualidad se recurra a razonamientos como “la distracción” del caminante, cuando hablamos de personas cuya capacidad perceptiva está disminuida por la edad. Es necesario ponérselo difícil al coche para que no continúe actuando como arma asesina.

Otra movilidad es posible

De los 517 muertos en ciudades, 247 eran peatones, 32 ciclistas y 148 usuarios de motos, cifras que claramente podrían reducirse si las autoridades organizasen la movilidad de forma armónica, dando la prioridad debida a los desplazamientos naturales sobre los mecanizados.

Más datos, más análisis

Cuando la DGT publique el conjunto completo de los datos sobre violencia vial en 2019 será el momento de analizar otros aspectos de estas cifras negativas para la seguridad vial en las ciudades.

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