Escenario para la identidad y el desarrollo personal

MIRADAS | BUENAS PRÁCTICAS


En esta plaza de Oporto las tumbonas nos invitan a relajarnos y disfrutar en una de las terrazas de nuestra gran casa común. La vegetación, la historia, el tránsito y el comercio también tienen su espacio.

El espacio público, como concepto socio-cultural, es un lugar de convivencia, de identificación y de aprendizaje, soporte de la vida pública de las personas y de las relaciones entre individuos fuera del núcleo familiar, así como de las relaciones entre lo público y lo privado.

Es el lugar por excelencia de contacto entre las gentes, de animación urbana, de expresión comunitaria. En el espacio público nos definimos en relación a los demás y nos relacionamos con realidades ajenas a las de nuestro reducido grupo de personas conocidas. El espacio público, por tanto, influye en el desarrollo de nuestra identidad como individuos y como parte de un colectivo y es un elemento fundamental para el aprendizaje humano.

Debe entenderse, además, como la prolongación directa de nuestra casa: una ampliación de nuestros hogares con multiplicidad de funciones. Igual que ocurre con nuestra vivienda, el espacio público urbano condiciona aspectos fundamentales de la vida, como son nuestro desarrollo cognitivo y físico, nuestro modo cotidiano de desplazamientos, nuestros hábitos de consumo, la forma de relacionarnos con los demás y, quizás el aspecto más esencial de todos: nuestra salud.

 

Este contenido forma parte de los materiales didácticos de la Escuela de Espacio Público de la Red de Ciudades que Caminan

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