Recuperar el espacio público, también al otro lado del Atlántico

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La Red participa en el LATAM, una importante cita latinoamericana sobre regeneración urbana y reflexión sobre movilidad y espacio público


«La tendencia de las últimas décadas a arrinconar los espacios de sociabilidad e igualdad a favor de las infraestructuras para la movilidad privada se entiende hoy como una estrategia insostenible, no solo en términos ambientales, sino también en términos de igualdad social». Bajo esta idea que resume fielmente los principios de la Red, Ana Montalbán, su directora técnica, participó en Mérida (Yucatán, México) en una mesa redonda dedicada a la movilidad sostenible, entendida como la devolución de las calles a las personas.

Fue en el congreso LATAM, una cita de dimensión internacional a la que acudieron personas de toda América Latina y también de Europa. Además de las autoridades locales y otras muchas personas especialistas americanas y europeas, participaron el profesor Carlos Moreno, investigador de la Soborna y Mayra Madriz, planificadora urbana y socia del danés Jan Gehl.

Tres horas diarias de desplazamiento por persona

La sesión sirvió para constatar las grandes diferencias que el espacio público presenta a ambos lados del Atlántico. Mérida es una gran ciudad de casi un millón de habitantes donde predominan las viviendas unifamiliares y buena parte la población tiene acceso al coche. No obstante, el transporte público es el principal medio de traslado cotidiano. Por su actual organización, es habitual que las personas que los usan habitualmente dediquen en torno a tres horas diarias al desplazamiento entres sus lugares de residencia a los de trabajo y estudios.

Por ello, el gobernador, Mauricio Vila, en su intervención de inauguración, relató la prevista renovación del transporte público para la región. Un proyecto de gran envergadura que pasa por dar seguridad económica y jurídica a un servicio público hasta ahora en manos de decenas de concesionarias particulares, no siempre bien organizadas ni cumplidoras con sus obligaciones.

En este contexto, el espacio urbano no se libra de las consecuencias negativas de un transporte público ineficiente: en las aceras, que por lo general no llegan a 1,2 m de anchura, se organizan colas enormes para coger los combis y camiones y en hora punta el centro se vuelve intransitable a pie, por la falta de espacio y por la polución de unos vehículos en muy mal estado. 

No hay ciudad inteligente sin ciudadanía inteligente

La urbanista Madriz hizo una exposición que no dejó a nadie indiferente: no hay ciudad inteligente sin ciudadanía inteligente. La tecnología no es ni buena ni mala, sus resultados dependen del uso que le den las personas.  Habló de la inteligencia artificial, de los taxis autónomos que circulan por la noche en San Francisco, permitiendo que no existan personas que tengan que dejar de descansar por hacer ese mismo trabajo, pero hablando al mismo tiempo de la pérdida de empleo que ello conlleva. Apeló a la recuperación de la calle para la convivencia y como lugar de estancia, incluso como casa de los que no tienen casa.

La importancia de la Movilidad Activa

En la sesión, Ana Montalbán habló de que los proyectos urbanos de transformación pongan el foco en las personas, la caminabilidad y el uso de las bicicletas y otros modelos de movilidad activa, como una manera de dar forma a un nuevo contrato social en torno a la movilidad que pone en el centro a las personas y equilibra mejor los diferentes modos de transporte con los múltiples usos del espacio urbano y la diversidad de personas que usan este espacio.

Montalbán destacó que las formas de organización de la movilidad han creado importantes disfunciones en las últimas décadas, no sólo en aspectos ambientales sino también en el ámbito social. Además de beneficiar la sostenibilidad ambiental de las ciudades, reequilibrar los diferentes modelos de transporte es una herramienta social para mejorar la vida pública y la calidad de vida.

Ofrecer un espacio público de calidad es uno de los factores clave para tener una ciudad a escala humana y la forma en la que se ocupa el espacio urbano para la movilidad influye en buena medida en el disfrute de los espacios de la ciudad. La tendencia de las últimas décadas a arrinconar los espacios de sociabilidad e igualdad a favor de las infraestructuras para la movilidad privada se entiende hoy como una estrategia insostenible, no solo en términos ambientales, sino también en términos de igualdad social

De la Ciudad de la infancia a la ciudad inteligente

La alcaldesa de Pelotas (Brasil), Paula Mascarenhas, contó la experiencia de su ciudad, que sigue la filosofía del pedagogo italiano Francesco  Tonucci y forma parte de la Red La Ciudad de los Niños. Allí se encuentran trabajando en recuperar espacios degradados para el juego de niños con procesos participativos muy minuciosos como la exclusión social, aspecto que trabajan desde la regeneración urbana con protagonismo para la infancia. También promueven una red de carriles bici.

Durante la sesión, Montalbán se refirió a la importancia del espacio público y de su reparto equitativo, en una intervención apoyada en imágenes que permitían entender el reparto de la sección de las calles, así como los pósters de la ciudad deseada, editados por la Red. La presentación permitió abrir interesantes y prolíficas discusiones en torno a un tema que en México resulta casi tabú en torno a de quién son las aceras. Allí las aceras no se planifican; es como si no fuesen públicas. Las hace el promotor inmobiliario como quiere, o el promotor del edificio correspondiente.

Montalbán participó igualmente en una sesión sobre infancia y espacio público, apuntando que para construir y pensar ciudades mejores e inclusivas no debemos olvidar a los niños: «En realidad, no deberíamos dejar a nadie atrás a la hora de tomar decisiones de diseño y de política pública para configurar nuestras ciudades. Pero si piensas en las necesidades de niños y niñas, seguro que estás cerca de incluir las necesidades de cualquier persona, sea cual sea su condición».

Si buscamos ciudades más inteligentes, estas tendrán que ser más humanas, y ello pasa por una mirada como la mirada de los niños. Esto implica repensar las distancias, los tamaños, las barreras, los peligros, y también las oportunidades de juego, de encuentro, de sorpresa. Diferentes ciudades están aplicando desde hace años este enfoque de la ciudad de los niños para poner sobre la mesa la necesidad de incluir a la infancia en las decisiones que organizan la ciudad y sus servicios, la movilidad o los espacios urbanos como forma de generar ciudades más inclusivas, amables y vivibles.

Smart Fest

Por último, Montalbán participó en el Smart Fest, una convocatoria paralela dedicada a realizar entrevistas grabadas a la gente que participaba en el congreso. La directora de la Red habló durante 45 minutos de espacio público libre de violencias, y sobre la caracterización de la violencia vial como una violencia más contra la que que debe lucharse (impide nuestro desarrollo personal, sobre todo el de infancia, personas ancianas, con problemas…) y el de la violencia machista, violencia sobre la cual, desde nuestra Red también tratamos de actuar aunque sea más tangencialmente a través de la perspectiva de género.

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