Convivir sin abusar es lo civilizado

MIRADAS | BUENAS PRÁCTICAS


Quizás una de las principales resistencias a vencer es nuestra propia capacidad para confiar en que los espacios públicos pueden ser diferentes a aquellos que predominan en el imaginario colectivo. Si la mayor parte de las calles de nuestras ciudades no deberían ser calles de paso indiscriminado para automóviles ¿por qué no podrían predominar en nuestros pueblos y ciudades calles de convivencia como esta que muestra la imagen, de la Plaza de España de Pontevedra?

La imagen nos enseña de un plumazo ese escenario urbano donde confluyen tres tipos de movilidades: la peatonal, que es siempre prioritaria, con la ciclista y la motorizada, ya que en un espacio de convivencia como este los coches que realmente son necesarios pueden moverse sin problema, siguiendo las condiciones horarias o cualesquiera otras. Residentes, abastecimientos, servicios públicos, urgencias, etc. tienen garantizada sus posibilidades en los espacios de convivencia.

Lo importante de este modelo es que se cumplan las prioridades, con lo cual los vehículos deben siempre respetar a los peatones, sin molestarles de ninguna forma, ya que las personas que caminan gozan de la mayor protección ante posibles amenazas.

Este contenido forma parte de los materiales didácticos de la Escuela de Espacio Público de la Red de Ciudades que Caminan

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