Doce formas de avanzar hacia una ciudad pro-peatonal

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Conmemorar el primer siniestro provocado por un coche es el objetivo del Día Peatonal Mundial, que se celebra el 17 de agosto


El 17 de agosto se conmemora en todo el mundo el Día del Peatón. Con estas reflexiones queremos aproximarnos a lo que es realmente una ciudad que piensa en los peatones. No significa que todas las ciudades que forman parte de la Red de Ciudades que Caminan o las que tienen en marcha iniciativas de transformación cumplan todos estos requisitos, pero sí que mantienen políticas de aproximación a objetivos similares.

Gran cantidad de documentos —muchos de ellos oficiales— hablan de las pirámides de la movilidad, esos gráficos que citan a los peatones como elemento prioritario en el espacio público. Las personas por delante de bicis, transporte colectivo y vehículos privados. Este último modo de traslado, aunque es el predominante en los ámbitos urbanos en términos de espacio consumido, siempre aparece citado en la cola de las prioridades.

Se constata que, aunque sea lentamente, las ciudades van adaptando sus infraestructuras y su cultura vial al objetivo de la prioridad peatonal, un dato que vale la pena resaltar en este día para animar a los responsables públicos a dar pasos cada vez más sólidos para conseguir ciudades más amables, sanas y vivibles.

El Día Peatonal Mundial, también llamado «Día del peatón» nació con el argumento de la seguridad vial. En 1897 la joven Bridget Driscoll moría un 17 de agosto arrollada por un coche en lo que se vino a considerar el primer siniestro vial sobre el que hubo noticia. 

Por tanto, la lucha contra la violencia vial ha de ser el motivo principal de este día. Y por la seguridad de las personas no se lucha con campañas, sino con hechos eficientes como la transformación de las ciudades en espacios más amables y libres de un excesivo número de riesgos.

Es el momento de repasar algunos aspectos de lo que podemos considerar una ciudad que respeta a los peatones.

Estas son las 12 formas de avanzar en la peatonalidad

1 — Infraestructura. Ir dotando a todas las calles y plazas de la infraestructura peatonal adecuada: bancos, iluminación suficiente, sombras, vegetación, fuentes, etc.

2 — Para todas y todos. Promover intensamente políticas de accesibilidad universal para que todas las personas, sea cual sea su edad o su condición física o mental, o la forma que tenga de ser peatón, puedan desplazarse con la máxima autonomía por los espacios públicos y privados.

3 — La crianza. La ciudad respetuosa con el peatón cría mejor a sus niñas y niños, ya que les permite enfrentarse a un número menor de amenazas en relación a las que han de soportar en una ciudad dominada por la movilidad motorizada.

4 — La coexistencia. Una parte considerable de las calles y plazas (la mayoría o al menos un número progresivamente alto) de una ciudad que respeta a los peatones son lugares de convivencia y prioridad peatonal, sin espacios segregados según el tipo de vehículos, con plataforma única, sin aparcamiento en superficie (ni gratis ni de pago), con acceso motorizado a garajes y repartos (en determinados horarios) y en las que los vehículos (con o sin motor) se adaptan a las circunstancias y velocidad de los peatones.

5 — No acosar. En este tipo de calles nadie puede, a bordo de un vehículo, acosar, amedrentar o reclamar a un peatón: simplemente han de adaptarse a su velocidad y a las circunstancias de su marcha

6 — Con acera y calzada. En cuanto a las calles segregadas (con una o varias calzadas para vehículos, para aparcamientos o para diversos tipos de vehículos) el tamaño de las aceras debería no ser nunca inferior a los dos metros libres de cualquier obstáculo (mobiliario, farolas, contenedores, etc). Si no caben este tipo de aceras a ambos lados de la calle, el municipio debería elaborar planes para convertir esas calles en calles de coexistencia, como las descritas anteriormente. Las aceras son exclusivamente peatonales.

7 — Pasos sobreelevados. Los pasos peatonales deben sobreelevarse a la altura de las aceras de ambos márgenes sobre la rasante de la calzada, con rampas para facilitar el paso a los coches. De esta forma, es el coche el que “accede como invitado” al espacio peatonal y no el peatón el que “invade” la calzada. Cambiar este paradigma es el avance más significativo en una ciudad que pretenda ser amable con las personas. El coche o moto han de recibir constantes señales de que son los invitados a la ciudad. Las personas estaban antes que ellos.

8 — Calmar el tráfico a motor. La mejor forma de trabajar por una ciudad respetuosa con las personas es calmar el tráfico a motor: reducir el tamaño de los carriles, tomar medidas eficaces para cumplir la velocidad 30, establecer itinerarios seguros para las personas que caminan, ordenar el tráfico a motor para desincentivar su uso en el medio urbano son medidas adecuadas.

9 — Fomentar los medios alternativos. Caminar y utilizar más la bicicleta y el transporte público son buenas recetas para promover la movilidad peatonal. Pero sólo restringiendo el uso excesivo del coche se lograrán los objetivos perseguidos.

10 — ¿La víctima tiene la culpa? En caso de atropello de una persona que camina, nunca debería culpabilizarse a la víctima, ya que el vehículo es siempre el elemento sin el cual el alcance no sería posible. El conductor o conductora debe manejar su máquina con la necesaria prudencia para no causar daño alguno al resto de las personas que utilizan el espacio público.

11 — Las travesías. Las personas que habitan espacios urbanos atravesados por travesías de carreteras supralocales también tienen derechos peatonales. Las administraciones deberían adaptar esas travesías a los cánones de convivencia entre tráficos y personas, tanto minorando la velocidad de manera eficiente como elevando pasos peatonales, protegiendo aceras o andenes caminables, modificando pavimentos y con otras medidas posibles de calmado del tráfico.

12 — El cambio cultural. Difundir ideas, campañas o informaciones que ayuden a cambiar una cultura vial esclava del coche por otra atenta al bienestar de las personas.

Cualquier ciudad que se considera amiga del peatón puede formar parte de la Red de Ciudades que Caminan, para que entre todas y todos podamos ayudar a cambiar la forma de ver las ciudades, mejorando su calidad urbana.

 

Un pdf con estas 12 medidas. Puedes descargarlo:  Día Peatonal 2022

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