Al concejal logroñés también le mueve que la ciudad sea «atractiva para emprender nuevas actividades que permitan asentar población»
El concejal de desarrollo sostenible de Logroño, relacionado profesionalmente con el mundo de la ingeniería industrial es uno de los impulsores del cambio que está experimentando la capital riojana. Con su programa «Calles Abiertas» inició un cambio rápido basado sobre todo en el urbanismo táctico, si bien también dan pasos definitivos en cuanto a las peatonalizaciones y el cambio en la cultura de la movilidad, impulsando los desplazamientos a pie y en bici en una ciudad compacta y de alta calidad de vida.
¿Cómo ves tu ciudad dentro de 10 años?
Todos los modelos, estudios y objetivos llevan al mismo camino: adaptación y mitigación del cambio climático. Mitigación mediante la reducción drástica de Co2 para lo cual es fundamental un cambio de paradigma de la movilidad además de avanzar en la mejora de la eficiencia en el parque de vivienda ya edificado e incentivar que la nueva edificación sea de balance positivo de CO2. Desde el punto de vista de la adaptación, se requiere crear corredores verdes con arbolado dentro de la ciudad y aumentar superficie permeable.
Con todo ello se conseguirá además otro propósito: que la ciudad sea un lugar mejor para vivir y convivir, más segura y caminable, con un aire más limpio y menos ruido y una ciudad atractiva para emprender nuevas actividades que permitan asentar población.
¿Qué es lo que más te motiva para acometer las transformaciones urbanas en las que estás participando?
Lo que me motiva es tener el convencimiento de que se puede hacer, en poco tiempo y que será una mejora de calidad de vida y nos hará evolucionar como sociedad en un modelo más comunitario.
¿Qué puedes considerar más difícil de todo lo que hacéis desde tu ayuntamiento en materia de movilidad y espacio público?
Lo más difícil es vencer todos los trámites administrativos para materializar las ideas y hacer partícipe de ellas a toda la ciudadanía.
¿Crees que conseguiremos reducir el número de coches en las ciudades?
Sin duda, todas las directivas, normativas y planes estratégicos apuntan en esa dirección y el cambio comienza a notarse. La reducción será drástica cuando el tiempo de desplazamiento en medios sostenibles sea menor al del automóvil y se faciliten alternativas a la logística doméstica y profesional.
Caminar más es una prescripción de salud pública. ¿Crees que el diseño de la ciudad y la movilidad ayudarán a cumplirla?
La movilidad activa siempre estará a la cabeza de la movilidad sostenible, pero para ello hay que diseñar ciudades compactas con el concepto de ciudad de 15 min.
¿Os resulta positivo formar parte de la Red de Ciudades que Caminan?
Mucho, estar en contacto con otras ciudades que están transitando por el mismo proceso de trasformación es muy útil, y contar con un equipo técnico que facilita la comunicación y el aprendizaje es fundamental.
¿Qué te sugiere el lema de nuestro congreso, “Andando se entiende la gente”?
Me sugiere convivencia. Caminar permite parar a conversar, y cuando se camina se percibe y valora el espacio público de forma totalmente diferente de cuando se hace en automóvil. Las sociedades que dicen ser más felices son las que tienen un mayor sentimiento de comunidad y para ello se necesita disponer de un espacio público de calidad que facilite la convivencia.
