Zaida Muxí, arquitecta, especialista en arquitectura y género
Una de las voces más autorizadas para hablar de movilidad y género es esta arquitecta bonaerense, profesora en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona. Esta entrevista es la respuesta a un cuestionario entre las personas que participaron como ponentes en el Congreso de Cádiz de la Red. A cada interlocutor se le pidieron respuestas breves.
¿Cómo definirías en una frase el estado de caminabilidad de nuestras ciudades?
Es muy variado. pero de manera genérica tenemos que ganar espacio para caminar.
Pidiendo por favor a la gente que camine, ¿crees que caminará más?
La educación es fundamental para que las personas cambien hábitos, porque así se puede hacer entender las ventajas de caminar. Pero desde luego ese pedido se deben acompañar con acciones, proyectos, que den calidad, seguridad y belleza a los espacios físicos, a los espacios públicos.
“La ciudad no puede estar privatizada por y para los coches de unos pocos”
¿Qué te dice la palabra “sostenible”?
Vivir sin gastar más de lo que hay, ni estropear lo que hay. En este sentido caminar es una acción sostenible para cada una de las personas por que limpia nuestra mente y cuerpo y a la vez ayuda a las relaciones sociales y es una acción que no estropea nuestro ecosistema.
¿Estamos enamorados de nuestros coches?
Nos han convencido de su importancia, de su valor de creador de status. La gente puede estar enamorada del supuesto mensaje de prestigio que transmite.
¿Crees que volveremos a ver niños y niñas jugando masivamente en las calles?
Veremos (y vemos) niños y niñas jugando en las calles. Y desde luego más serán si estar en las calles no implica inseguridad, que es lo que pasa en las calles en que los coches son amos y señores.
“Caminar limpia nuestra mente, nos ayuda a relacionarnos y no estropea el ecosistema”
Parece que debemos acabar con la invasión de coches en las ciudades ¿Sólo por una razón de lucha contra la contaminación?
No, no solo. Sino porque el espacio es finito, y los coches hacen un uso exclusivo, excluyente y abusivo del mismo. No se trata de cambiar coches a petroleo por otros a electricidad, sino de cambio de modelo de movilidad y por tanto de ciudades y barrios. Tenemos que crear centralidades cotidianas que nos permitan abarcar la máxima cantidad de recorridos a pie y quitar los coches de las ciudades.
Haz una llamada a la valentía de los alcaldes para reducir el tráfico a motor
Pensar en la mayoría real de la población que no va en coche, la ciudad es para todos y todas, y no puede ser privatizada por y para los coches de unos pocos.
