Las calles del Orgullo

El espacio público es sobre todo un lugar de expresión, un escenario para la igualdad y la libertad de todas las personas


Cuando hablamos de orgullo como expresión pública, estamos hablando entre otras cosas de la calle. En ella confluyen todas las miradas, toda la vida social que soporta nuestra existencia al menos a nivel “analógico”, pues de un tiempo a esta parte también existimos digitalmente.

Por eso hoy también es el Orgullo de quienes defendemos el espacio público como un ámbito de sociabilidad, de estancia, de creatividad y de expresión, sobre todo de expresión. Cada 28 de junio, recordemos, se conmemora la lucha de unas personas por su dignidad en un conflicto generado en el Stonewall neoyorkino. Era un local de libertad, frecuentado por lesbianas, gays, trans y otras personas que vivían su vida como querían, aunque a escondidas por el miedo al enjuiciamiento público. Una isla de frescura en el desierto de una ciudad opresiva. Las primeras redadas fueron dentro del club, pero en minutos toda la calle Christopher estaba enredada en la protesta.

La esencia de esos sucesos de 1969 ocurren más o menos a diario alrededor del mundo. La calle simboliza el estado de la opinión pública, por eso el Orgullo es tan importante para quienes defendemos que el espacio público debe ser sobre todo un espacio de libertad y diversidad.

La lucha por la dignidad de todas las personas también se hace en las calles. Madrid, quizá la celebración del Orgullo que todas y todos conocemos por su dimensión, centra todos los actos de su conmemoración en una manifestación multitudinaria, como ocurre habitualmente en otras ciudades, reivindicando la igualdad de toda la comunidad LGTBI+. Lo mismo ocurre en tantas otras ciudades, pequeñas y grandes, a lo largo del mundo. Y si no sucede en otras es porque las autoridades lo impiden. Las calles y plazas de las ciudades como lugares de expresión, de libertad, de seguridad y de armonía.

Orgullo de amar, orgullo de utilizar la calle en igualdad

Quienes caminan deben hacerlo con orgullo. Quienes están, simplemente están, en la calle, expresándose de la forma que sea —también amándose— deben hacerlo con orgullo. La calle debe ser un marco normalizado, seguro e igualitario para expresar la dignidad de todas las personas, expresen lo que expresen y cómo lo expresen sobre su forma de estar en el mundo. Viva el orgullo de las personas que caminan, que son todas, como las que aman o las que respiran.

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