Callegrafías: aceras estrechas, aunque con buen mantenimiento

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Un informe sobre casi 600 km de calles en 58 municipios distintos revela la gran homogeneidad de las vías urbanas españolas

Faltan árboles, pasos peatonales (sobre todo elevados a la altura de las aceras) y bancos de sentarse. Sobran calles garaje y calles segregadas que podrían ser de convivencia


El informe Callegrafías, elaborado por la Red de Ciudades que Caminan, ofrece un conjunto de datos sobre la realidad de las calles españolas. A través de la observación directa se obtuvo información sobre la forma, la función y otros aspectos de la salud urbana en esta parte del espacio público.

Algunos datos significativos de Callegrafías se refieren al reparto del espacio entre tráficos vehiculares y peatonales (muy cerca del 70-30 que se usa habitualmente como referencia), que las calles de las ciudades son bastante homogéneas o que las calles de convivencia y prioridad peatonal, pese a ser un fenómeno en auge, todavía son testimoniales en el conjunto de las ciudades.

También se refleja que la mitad de las aceras son más estrechas de lo que debieran (dato que en los barrios no centrales se aproxima al 70%) o que el coche sigue siendo el rey absoluto del medio urbano, ya que en más del 90% de las calles no existen limitaciones a la circulación de los vehículos. Así mismo, entre las calles predominan las llamadas «calles garaje» (en contraposición a las «calles salón», que son las que facilitan la estancia y el uso social). El 80% de las vías urbanas tienen coches —objetos privados— aparcados en el espacio público mientras no se utilizan.

La escasísima presencia de pasos peatonales elevados a la altura de las aceras habla muy mal de la calidad de los itinerarios para caminar, ya que su presencia no alcanza ni siquiera el 10%. Además, la separación de 100 m entre cada paso peatonal sólo se observa en casi 14 de cada 100 calles, un dato desalentador. Sólo un cuarto de los itinerarios son más o menos continuos para las personas que caminan.

El número de bancos es igualmente escaso y sólo una de cada 10 calles tienen alguno. De igual forma, la quinta parte de las calles no tienen un número adecuado de árboles. La misma proporción de calles presentan índices de ruido soportables.

Entre los datos positivos del estudio se destaca el buen estado general del pavimento peatonal, si bien presenta un rotundo suspenso en el uso de un adecuado pavimento podotáctil en toda la calle. La sensación de velocidad vehicular excesiva sólo se observa en 2 de cada 10 calles, un dato que sorprendió positivamente. La relación de las calles de convivencia y la vitalidad urbana ofrece datos positivos: más de la mitad de este tipo de calles pueden considerarse llenas de vitalidad.

Los datos subjetivos anotados por las personas que realizaron el trabajo de observación ofrecen percepciones variadas, que van desde un alto porcentaje de calles por las que no les ha gustado caminar o estar, hasta una gran mayoría de calles en las que el tráfico a motor no resulta «acosador».

De día, casi todas las personas caminarían despreocupadamente, pero de noche, más de la mitad no lo harían (si bien no se tuvo en cuenta la perspectiva de género).

Generar datos rigurosos y constatables de referencia es el objetivo del estudio, algo que muestra a través de 84 preguntas y respuestas una serie de dimensiones, referencias al equipamiento peatonal e incluso a las sensaciones que producen al ser utilizadas.

El estudio se realizó en 585 km de vías públicas de 953 calles diferentes de 85 ciudades de distintos tamaños y de 15 comunidades autónomas. La mayoría de los municipios no pertenencen a la Red de Ciudades que Caminan. En relación a la ubicación de las calles en las ciudades, se estudiaron itinerarios centrales, otros no centrales y un último grupo, compuesto por itinerarios mixtos entre barrios centrales y otros no tanto.

Consulta o descarga el estudio Callegrafías p

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