García Urbano muestra orgulloso la transformación de Estepona

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El alcalde de la ciudad malagueña saca pecho con «el Jardín de la Costa del Sol», que convirtió en referente peatonal


La profunda transformación de la ciudad de Estepona, cuya parte más visible es la conversión en un jardín de la carretera nacional que circundaba su costa fue uno de los objetos de estudio del décimo Congreso Ciudades que Caminan, celebrado en Valladolid. El alcalde de la ciudad andaluza, José María García Urbano, afirmó que actuaron más guiados por la intuición de lo que debe ser la calidad urbana que por ninguna teoría al respecto.

Además de en el resultado de sus acciones, miden la transformación urbana en términos sociales. Orgulloso manifiesta que en los últimos años las empresas en la ciudad han crecido un 35% y se convirtió en el segundo municipio andaluz con menor tasa de paro. 

Determinación política, implicación y complicidad de la ciudadanía fueron recetas que pusieron en marcha ante “una arquitectura que ayudaba poco”. Estepona es un entramado de calles con su origen en los siglos XVI y XVII, sin mucho interés arquitectónico. La solución fue llenarlos de belleza, embellecer nuestros lugares públicos para que esa ornamentación provocase el efecto “¿Y mi calle para cuando?”, auténtico motor del cambio.

“Con la transformación de la carretera N340, la que recorre todo el sur de Andalucía, en un espacio peatonal y ajardinado, creamos el concepto Jardín de la Costa del Sol”. Lo hicieron a la vez que transformaban unas 140 calles y desclasificaron algunas partes de suelo para no generar un crecimiento ilimitado de la ciudad, que en la actualidad ronda los 81.000 habitantes.

El millón de flores

Se plantearon como reto disponer de un millón de flores cada temporada, a través de un sistema de reproducción propia de ejemplares, en vez de adquirirlas ya nacidas. Al mismo tiempo racionalizaron la administración a través de un sistema de compras y de la reestructuración del cuadro de personal municipal, que costaba más dinero del que la ciudad era capaz de recaudar.

Lo que consiguieron fue registrar más personas caminando y en bici, además de recuperar la “antigua idea” de que la transición entre el campo y la ciudad sea más dulce y fácil, rehabilitando los viejos hábitos de sociabilidad en el espacio público. Se recupera también el comercio de proximidad, se aumenta la autoestima del vecindario de toda la vida y se generan viviendas de protección oficial para intentar que las personas que nacieron en el municipio no tengan que abandonarlo por motivos económicos.

Estepona fue elegida en el Congreso de la Red de 2023, en Palma, para recibir el premio Ciudad Amiga, debido a esta extraordinaria transformación de sus calles y paseo marítimo. Un paseo que de forma testimonial conserva un mojón quilométrico de la N340 que se convirtió en un espacio lleno de calma, luz y flores frente al Mediterráneo.

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