>> El VIII Congreso
Más allá del urbanismo táctico, Jaime Caballero confirmó que el cambio en su ciudad es profundo y decidido
El concejal de desarrollo sostenible de Logroño, Jaime Caballero, intervino en el VIII Congreso de la Red de Ciudades que Caminan para glosar los numerosos cambios acometidos en su ciudad, dentro de la sesión dedicada a analizar las calles contemporáneas.
Caballero indicó que los cambios se habían desarrollado especialmente desde que se desató la pandemia de la COVID19, si bien previamente ya habían estudiado las intervenciones necesarias en calles y barrios para ganar amabilidad y calidad urbana. Más allá de que se trate de intervenciones ejecutadas bajo criterios del urbanismo táctico (transformaciones de baja inversión, básicamente con pintura y bolardos), el cambio en la movilidad urbana tuvo bastante trascendencia.
Logroño llamó a su plan “Calles Abiertas”, una denominación significativa, pues efectivamente fueron muchas las calles abiertas a la vitalidad y desprovistas de la excesiva presión de los coches. En algunos lugares revirtieron directamente carriles de circulación rodada a espacios peatonales, en otros, calles enteras, eliminando la mayor parte de la circulación.
En otras, estrecharon trazados, ampliando espacio peatonal y evitando líneas rectas para minorar la velocidad. En otros lugares ampliaron las áreas peatonales de los cruces para mejorar los itinerarios caminables y posibilitar una mejor visibilidad, estrechando de paso los carriles de circulación. Incluso realizaron un enorme paso de peatones triple, en forma de “T” para crear una intersección limpia y segura.
Además, peatonalizaron alguna calle completamente incorporándola al ya amplio abanico de calles de coexistencia de la capital riojana y crearon un área pacificada, en el barrio Madre de Dios, una especie de Supermanzana que se toma como experiencia para su réplica en otras áreas urbanas. En ellas se estrechan y calman las “puertas de entrada”, se peatonalizan algunos tramos creando nuevas áreas estanciales como ocurre ante la fachada de la Biblioteca Rafael Azcona, donde tienen lugar frecuentes eventos sociales. También se calma el tráfico en la mayoría de las calles.
La futura ZBE
También se refirió a las zonas que incluirán en la Zona de Bajas Emisiones que preparan para cumplir el mandato del Ministerio de Transición Ecológica, y al programa para proteger los entornos escolares de la excesiva presencia de coches, despejando sus accesos. La presentación del concejal logroñés se completó con una referencia al proceso de elevación de pasos de peatones a la altura de las aceras en las calles segregadas, así como a la realización de plataformas únicas para favorecer la accesibilidad universal y en particular la movilidad infantil.
Una intervención singular es la que realizan en la calle Vara del Rey, vía de penetración urbana desde el sur, una de las principales de la ciudad. Sus 4 o 6 carriles que actualmente dedican al tráfico motorizado se convertirán en dos para circular libremente y otros dos reservados para bicicletas y autobuses, ganando bastante anchura peatonal en ambos márgenes y aumentando el valor residencial y comercial de la vía.
Trabajan también en un eje ciclista para las personas que deseen utilizar ese modo al margen del resto de los vehículos y se refirió a algunas acciones promocionales como las que realizan en colaboración con la Red de Ciudades que Caminan, como es el Metrominuto, del que han realizado dos versiones: una general de toda la ciudad y otro escolar, ya que cuatro centros educativos elaboraron sus propios planos de tiempos y distancias dentro del programa “Al cole andando” impulsado por la Red.
Un programa, Calles Abiertas, que consta en resumen de aumentar las Redes Peatonal y Ciclista Saludables, pacificar el tráfico en la ciudad, mejorar entornos urbanos, apoyar al transporte público y adaptar regulaciones como la velocidad máxima a 30 km/h, organizar el “contramano” ciclista y revisar las fases semafóricas.
