La capital navarra crea espacios de convivencia en barrios como La Milagrosa, que este año mereció el Premio Ciudades que Caminan
Tras la recuperación de su centro histórico para la caminabilidad, iniciada en 1996, Pamplona ha ido generando en los últimos años otros espacios de convivencia en áreas no centrales para convertirse en la ciudad caminable e integradora que busca el máximo equilibrio entre la calidad urbana de sus barrios.
Así lo explicaron en el Congreso Ciudades que Caminan tanto Maribel Gómez, del área de desarrollo sostenible y proyectos estratégicos, como Aitor Silgado, concejal especial del municipio, que prevén reducir para 2030 un 64% de las emisiones actuales de gases de efecto invernadero, tal como recoge su estrategia Go Green, centrada en el compromiso climático y en la inclusión social y el equilibrio entre barrios.
Las actuaciones tratan de mejorar los barrios de la Milagrosa, Txantrea, San Jorge, Ensanche I, San Juan, Rotxapea, Ermitagaña Mendabaldea e Iturrama, con acciones de reurbanización de espacios y proyectos de renaturalización y peatonalizaciones, a veces a través de ocupaciones tácticas y otras ya con obra definitiva, reduciendo el espacio para coches, mejorando la caminabilidad y sobre todo la seguridad vial.
Una de las acciones más significativas consistió en la transformación de cruces asfálticos totalmente entregados al coche, en espacios más amables, con jardines de lluvia, pasos peatonales elevados a la altura de las aceras y mayor superficie para las personas, creando incluso áreas de estancia donde era posible hacerlo.
Otro punto fuerte de la apuesta iruñarra por las zonas no centrales lo constituye el barrio de la Milagrosa, cuyas calles principales, Manuel de Falla y Río Urrobi se reurbanizaron, eliminando la presencia masiva y desordenada de coches aparcados en batería y semibatería, y creando auténticas plazas públicas en las intersecciones. La eliminación de 219 plazas de aparcamiento en las calles se sustituyen por un aparcamiento de borde destinado a residentes, con 234 plazas, con lo que practican una auténtica intermodalidad coche-caminar haciendo efectiva la liberación del espacio público en la zona.
Las calles no centrales convertidas en espacios de convivencia , sin coches, con árboles y bancos dan buena medida de estas acciones regeneradoras de barrios que apuestan por mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Las acciones de Pamplona no se limitan a este barrio, que continuará revirtiendo espacios tácticos en obras definitivas, sino que se extienden a otros territorios urbanos con nuevas peatonalizaciones, renaturalizaciones, reurbanizaciones, adaptaciones de cruces, así como la mejora peatonal del Camino de Santiago a su paso por la urbe.
Las acciones de la ciudad en la Milagrosa merecieron este año el Premio Ciudades que Caminan a municipios grandes.
