El decreto de ZBE permite prescindir de peajes y tarjetas ambientales

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El nuevo texto legal se plantea mejorar la calidad acústica, recuperar el espacio público, fomentar la seguridad vial y pacificar el tráfico, importantes avances conceptuales

 

El decreto que por fin regula las Zonas de Bajas Emisiones aporta algunas novedades significativas en relación a textos anteriores, aunque las restricciones al tráfico según el etiquetado ambiental de los vehículos, tal como marca la Ley de Cambio climático, sigue siendo la protagonista prinicipal.


No obstante, la normativa deja abierta la puerta a fórmulas alternativas. Las ciudades no tendrán que elegir entre cobrar por circular o establecer privilegios a los coches eléctricos. Podrán optar por restringir el tráfico en general, si bien tendrán que justificar que con eso mejoran la calidad del aire.

Esos modelos alternativos se consideran “excepciones” a las ZBE que se prevén más habituales: las inspiradas en los modelos de Madrid y Barcelona, basados de momento en los privilegios a los coches eléctricos.

Aunque esta vía alternativa aparezca como una excepción, lo cierto es que el Decreto deja en manos de cada ciudad la elección de su camino: restringir el tráfico innecesario, cobrar por circular o barra libre a los coches eléctricos. O lo que es lo mismo: que circulen los coches que realmente lo necesitan (en la mayoría de las ciudades muchos menos que en la actualidad), que circulen los coches de personas más solventes o que circulen los coches eléctricos (actualmente más caros).

Recuperar el espacio público

Entre sus finalidades, además de mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, el Decreto cita la mejora acústica, el fomento de la movilidad activa, la recuperación del espacio público, la mejora de la seguridad vial y la pacificación del tráfico, tal como recoge ya en su primer artículo.

Fomentar el cambio hacia modos activos

Las ZBE deben perseguir el cambio modal, priorizando la movilidad activa (bici y caminar, aunque no los cita expresamente) y el transporte público. También fija que la logística urbana debe tender hacia el uso de la bici o la “optimización ambiental” de los repartos para lograr una actividad cero emisiones en ese ámbito.

“Fórmulas excepcionales”

Para mejorar la calidad del aire se definen prohibiciones en función de las etiquetas ambientales, si bien “en casos debidamente justificados” se podrá mejorar el aire y por tanto mitigar el cambio climático a través de otras fórmulas excepcionales, siempre que garanticen más calidad acústica, mayor sostenibilidad y mayor eficiencia energética en el transporte. 

Menos coches, sea cual sea el combustible

Esta excepción hace referencia a los modelos urbanos que optan por ofrecer un tratamiento igualitario a todos los coches, restringiendo su circulación según las necesidades urbanas y no según su etiqueta ambiental. Luz verde por tanto a modelos que se basan en el tráfico necesario, restringiendo el de paso y el de agitación o búsqueda de aparcamiento.

ZBE y espacio público

La relación entre las futuras ZBEs y la calidad del espacio público resultante sobrevoló todo el proceso de elaboración del decreto, ya que el la Ley de Cambio Climático y Transición Energética no se hacía referencia ninguna a la limitación del tráfico, más que la relativa a su priorización según el combustible de cada vehículo.

Ojo a las zonas adyacentes

En cuanto al límite geográfico de las futuras ZBE se hace especial referencia a sus zonas adyacentes, que en ningún caso deben registrar aumentos de tráfico, por lo que se entiende que deberán restringir la circulación también más allá de los propios límites de la ZBE, aunque sea con medidas de calmado o bucles que hagan imposibles los desplazamientos en busca de aparcamiento.

Restricciones en espacios delicados

La norma cita así mismo la posibilidad de establecer zonas de especial sensibilidad en torno a centros de enseñanza, centros de salud, hospitales o residencias de ancianos, aunque estén fuera de la ZBE principal.

En 2030 deben circular menos vehículos privados a motor

Tras establecer una serie de mediciones para alcanzar objetivos cuantificables de presencia de contaminantes en el aire, los municipios tienen que definir sus objetivos para 2030 con el objetivo explícito de “reducir la utilización del vehículo privado motorizado frente al resto de modos de transporte”.

Puntos de recarga eléctrica

Así mismo se dice que deben facilitar la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos “acompasada al crecimiento del parque” de ese tipo de vehículos, si bien no hace referencia alguna a las condiciones que ha de tener esa actividad y transacción privada en el espacio público.

Otras medidas no relacionadas con la movilidad

Además de medidas sobre la movilidad también habla de la posibilidad de que los municipios apoyen la reconversión de los sistemas de calefacción a otros sin emisiones, así como atenuar el efecto isla de calor, el aumento del verde urbano, la mejora de la conectividad natural, el fomento de los sistemas de drenaje y captación de aguas.

Nuestro dossier con recomendaciones sobre las ZBE

Nuestra campaña sobre ZBE

Información gubernamental sobre el nuevo Decreto

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