Montalbán pide ir más allá en la Ciudad 30

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Valora muy positivamente este primer paso de la DGT pero pide más ambición: «ahora tenemos que hacer las calles sinónimo de paz, no de ruido y contaminación»


«Hay que ir más allá de las modificaciones que entran hoy en vigor», dijo la directora técnica de Ciudades que Caminan, Ana Montalbán, en relación a la reforma del reglamento de circulación elaborada por la DGT que impide superar los 30 por hora en las calles urbanas de un carril por sentido. «Sin duda es un magnífico primer paso, que saludamos con esperanza y satisfacción, pero hay que ir viendo cómo se cumple la ley de ahora en adelante».

Fue en la reunión telemática organizada por Equo Cantabria, coordinada por Gabriel Moreno y en la que también participaron Helena Prima, de Ecologistas en Acción y Laura Vergara, de Conbici. Un foro con el que se quería dar la bienvenida a la nueva normativa que se impulsa para frenar la violencia vial en las ciudades y hacerlas más habitables.

Reequilibrio del espacio

En la línea de los principios de Ciudades que Caminan, Montalbán optó por el reequilibrio del espacio público en favor del peatón, toda vez que actualmente el 70% del mismo está usado por el coche «parado o en movimiento». Definió a la ciudad 30 como la que dispone de «calles deliciosas», una de las denominaciones que utiliza la Red para este nuevo tipo de espacios urbanos de convivencia de usos cuando los espacios se encuentran ya equilibrados y se pueden realizar otro tipo de actividades como jugar, estar, charlar o leer.

Otra perspectiva

Todo está relacionado con un cambio de perspectiva que acabe de una vez por todas con asociar el concepto calle con ruido, contaminación, estrés o agresividad: «Tenemos que conseguir que el sinónimo de calle sea el trino de los pájaros o las voces de la gente, en vez del ruido de los coches o los humos».

Todo a 30

Montalbán se refirió a la nueva norma como un gran paso, pero dejando claro que ese no era el planteamiento de la Red, que optaba por definir la velocidad 30 para todas las calles de las ciudades «y no creando calles de primera y de segunda». «El mensaje —precisó Montalbán— sería mucho más rotundo. La DGT habría empezado a decir que las ciudades tienen que ser otra cosa».

Cambiar el lenguaje urbano

La ciudad tiene que cambiar todo su lenguaje simbólico para conseguir avances significativos, con medidas como las que enumeró: estrechamiento de carriles, ensanchar aceras, elevación de pasos peatonales, itinerarios continuos, mejorar la iluminación, pequeñas rotondas, itinerarios que impidan el tráfico de paso o romper las lineas rectas para el tráfico rodado. Infraestructuras urbanas que no tienen por qué ser caras, pues pueden realizarse, a falta de presupuesto, con pintura y bolardos.

Autonomía infantil

Consideró así mismo muy interesante el movimiento de la Revuelta Escolar, por lo que puede tener de revulsivo para muchas ciudades a las que podría servirles de base para su reformulación integral. «Los caminos escolares y la reforma del entorno de los colegios es muy interesante en sí misma, pero tenemos que aspirar a más, a que la ciudad nos cuide, nos acaricie, hasta lograr conquistar el concepto de la autonomía infantil, o lo que es lo mismo, que los niños puedan estar solos en las calles, tanto ir al cole como jugar o hacer vida social sin amenazas de ningún vehículo.

Calles salón

Echó mano también de un concepto manejado habitualmente por el colaborador de la Red de Ciudades que Caminan y miembro de Gea21 Màrius Navazo que habló del concepto «calles salón» en contraposición de las «calles pasillo» que conforman la realidad actual. Montalbán se preguntó: «Cuando vamos a comprar una casa de 100m, ¿pedimos al agente inmobiliario que nos busque una que tenga 70m de pasillo? Pues eso es lo que estamos haciendo con nuestras ciudades, convertidas en pasillos en vez de en zonas estanciales, para la vida y la cultura».

Cambio cultural

Las tres representantes coincidieron en que lo que se está produciendo es un cambio cultural en la forma de movernos y que afecta especialmente a las personas que habitan las ciudades, escenario del mayor volumen de desplazamientos y espacio más habitual del ser humano. Prima dedicó su intervención a glosar el saludable movimiento «Revuelta escolar», nacido hace unos meses en Barcelona y que se extiende a muchas ciudades del estado.

Revuelta escolar

Se trata de un movimiento trabajado en el seno de la comunidad escolar que va más allá de reclamar soluciones para los entornos escolares para reivindicar, con cortes de tráfico ante los centros educativos, que las ciudades sean más vivibles, «siempre en un ambiente festivo, educativo y de compartir experiencias, para demostrar que liberando las ciudades del exceso de coches es mucho más lo que se gana que lo que se pierde».

La bici, aliada

La representante de Conbici realizó un exhaustivo repaso de la nueva normativa y se quejó de algunas ciudades que impiden el tránsito de bicicletas en zonas peatonales, cuando se podían considerar zonas de convivencia entre ambos modos de transporte. También habló de la bici como un medio aliado de la crisis sanitaria actual, que asimismo es parte de la solución al cambio climático e igualmente una solución adecuada a la crisis sistémica que padecemos. También hizo referencia a los fondos europeos Next Generation como imprescindibles para generalizar la movilidad ciclista en las ciudades y áreas metropolitanas. Consideró además que la pacificación del tráfico a motor que consigue la norma de la DGT es sólo un primer paso.

Un derecho de todas

Una interesante mesa redonda muy bien conducida por su anfitrión, Gabriel Moreno, que planteó en todo momento preguntas y temas interesantes a las tres ponentes, En su alocución final destacó una idea central en todo el debate: el derecho que tienen todas las personas a utilizar el espacio público sin que el coche no sea un peligro para ello.

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